martes, 24 de septiembre de 2013

Así no puedo llevar la fiesta en paz: Religión y los dogmas conservadores del corte que se imagine

Crecí creyendo o inventándome a mi mismo que era un "antisocial". Que detestaba a la gente normal y una verborrea más para sentirme distinto. Precisamente era ver que podía parecerme al resto (a pesar de que no es una postura novedosa y es parte también de un grupo cliché), me desagradaba. Afortunadamente crecí y, si bien no soy de lo más "normal" a un tipo de mi edad y profesión, de todas formas soy más cercano a alguien "normal" que a alguien "excéntrico". Creo que me sienta, de hecho.
 
Alguno de los estándartes que decidí escupir cuando era más joven para autoconvencerme de que era distinto y especial, era el de la religión. A pesar de que fue más un acto de rebeldía pendejo cliché que algo "reflexionado", de todas formas decidí hacer más tarde una reflexión de si correspondía o no una postura hostil a estas corrientes. Años después comprendí que por lo menos la religión cristiana, era un compendio de distintos elementos de otras religiones que, de forma conciliadora, buscaba unificar a tantas vías en una sola: el único dios.
 
Hasta hace poco, nuevamente puse a prueba lo que había concluído anteriormente y me dije: "veamos... qué tan ciertas son estas comparaciones?" y me di cuenta que hay poca información que me permita evaluar, por ejemplo, las similitudes entre Horus y Jesús, por lo que decidí dejar ese camino pendiente. ¿Por qué? Porque por mucho que pueda encontrar o no elementos que me hagan decir que el cristianismo es o no un plagio, no voy a aceptar jamás una religión tan inconsecuente como esta.
 
Simplemente no puedo aceptar una religión que se preocupa más de quién te puedes enamorar, tildándote de sodomita y pecador y lo que sea, en vez de condenar a curas o seguidores que no escatiman en pegarle a un niño, el chisme corrosivo o la tacañería. Veo marchas de iglesias "pro-familia" condenando a los homosexuales, pero no veo marchas de iglesias que promuevan el amor al prójimo sea o no de la religión. Cuánto se sabe de familias que por un dogma arcaico tienen que esconder hechos familiares, o que imponen "deberes" a los hijos con la amenza del dios omnipotente? Acaso un dios preocupado de que se viva en paz y amor, no le gustaría ver más a gente que se pueda amar libremente (heterosexuales y homosexuales), en vez de ver a hijos aterrados y muchas veces golpeados por paradigmas ridículos? O incluso por mera tosudez pues ellos mismos no tienen el temor de ese dios omnipotente? Pues claro, en aquel libro escrito por unos cuantos seres humanos, se condena explícitamente la "sodomía" del "hombre con hombre", pero pareciera que no dice nada en cuanto se refiere a atormentar a tus hijos (o alumnos, a sabiendas de que era común que los curas profesores castigaran físicamente a los alumnos en algunos colegios).
 
Por supuesto, no hablo de la pedofilia porque eso es más evidente y es más condenable ante el sentido común. Pero pareciera que la violencia de otro tipo a un niño no es tema, pero si lo es el decirle a otro a quién puede amar y a quienes no.
 
Sabes, Jesús? Me da lo mismo si eres un plagio de Horus o eres un ser original. Lo que me hace no seguirte ni a tí ni a tus fieles, es que te hayas preocupado de promover dogmas prehistóricos y no valores que de verdad promuevan una vida en paz. Podrías haberle encargado a los que quedaron, que escribieran de la importancia de cuidar al futuro de la familia que son los niños. Que debe haber sólo amor y no temor para entregar. Formar y no castigar. Para así que cualquiera que diga que te sigue, piense en los círculos del infierno antes de tocar a un niño.
 
Simplemente es que no puedo concebir que gente pueda justificar que se condene a los homosexuales, pero que no tengan un espacio en sus mentes para condenar la violencia de cualquier tipo a los niños. No puedo. Y si algo de misericordia tuviera cualquier ente divino superior, hace rato ya debiera haber hecho algo para corregir esa dicotomía. entre religión y sentido común.
 
Creo que es la entrada con el hilo más enredado que he escrito... Se lo atribuyo a la rabia.
 
 
¡Adios, ilusos!

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