jueves, 3 de junio de 2010

Aviso de utilidad Personal

Ahora si que la cosa se pone interesante. Y es que desde siempre me ha causado una gracia estimable el hecho de saber que gente me odie. Gente que no signifique mucho para mí, claro. Entre más sin-importancia sea el sujeto, más amplia será la sonrisa al toparme con él en alguna parte. Ahora, las razones son las que me preocupan, las que pueden variar mi reacción de una sonrisa a unas difícilmente reprimibles ganas de patear cráneos...

Definitivamente, y sin querer parecer un feminista, creo que siempre he pensado que los hombres tenemos poco de que sentirnos orgullosos. Nos hacemos los fuertes cuando la idea de parir nos mataría. La parte emocional puede hacernos ver fuertes, pero es simplemente porque somos más prácticos que emocionales, así que la comparación no es válida. Lo que me preocupa al fin, son algunas diferencias que se presentan al interior de este cohorte.

Si han de odiarme, “tenerme rabia”, “caerles mal”, o lo que sea, no sean cínicos. No vengan a saludar como si nada, cuando en el fondo les gustaría agarrarme a golpes. Eso me pone molesto. Me quita la oportunidad de reírme ante una reacción cómica como un suspiro de “ya vino este imbécil”. No me dan ese placer.

Y si van a odiarme, también háganlo por algo mío, por favor. Tengan un mínimo de dignidad. Si quieren vanagloriarse ante alguien, destaquen sus propias cualidades y no vengan a rebajar las del otro. Tengo claro que tengo muchos defectos para dar un festín de gente como ustedes, pero creo que si quieren ser algo más que las basuras humanas que son, deberán mostrar que tienen fuerza para escalar solos, y no arrimándose a espaldas ajenas.

Bueno, ¿por qué molestarme en que sean insectos más evolucionados, se preguntarán ustedes? Es por tratar de mejorar el género. Es eso, u operarme y hacerme lesbiano. 


Hay que hacernos mejor publicidad.


¡Adiós, Ilusos!

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