sábado, 18 de diciembre de 2010

¡Usted no lo diga!

Los espacios laborales combinados con una mente enferma como la mía, puede significar un montón de ideas estúpidas y quizás hilarantes. ¿Y qué espacio más propicio para poner atención que el baño de la empresa? Esto la verdad, nació después de que iba dirección a este santo lugar, y me topo en la entrada con el gerente general de la unidad de negocios (que corresponde a dos países) y que es además, por definición, es parte de la plana directiva de América del Sur. Si, un Don Nadie.

El punto, es que también recordé uno de mis últimos días en calidad de practicante en esa noble empresa (a lo que se dedica esta es irrelevante, pero aclaro que no es nada relacionado con lo sexual). De hecho, lo específico de esta entrada, y una de las ideas es basado en una experiencia real de esos días. En fin.

El punto, es que me dí cuenta que si bien para muchos, y prácticamente de manera literal, el baño es un lugar de desahogo en el amplio sentido de la palabra (hay gente que a entrado y no se ha dado cuenta que estoy ahí, y les he escuchado en ... el amplio sentido de la palabra). Pero como no quiero hacer que tengan pesadillas, sólo me referiré al hecho específico del uso del urinario.

Es una necesidad básica, maldita sea. No me vengan a poner caras de "¡Que asquerorson!".

El punto, es que me dí cuenta que estando dentro, y como todo lugar santo, hay algunas restricciones en cuanto al vocabulario. Y más cuando uno de los presentes está en el acto de "usar el urinario". Algunas de estas frases, que son impronunciables según corresponda la posición en el acto, son:

- "Oye, necesito pedirte ayuda en algo".
- "Me traigo algo grande entre manos".
- "¡Ya no doy más!".
- "Ten presente, que el futuro está en tus manos".
- "Creo que no me la puedo".
- "Y, ¿qué te parece?".
- "..... ta' dura la cosa, no?
- "¿Me puedes echar una manito?".
- "Como que ando con hambre...".
- "Se me hizo largo el día de hoy".
- "Que bueno que te veo... Justo estaba pensando en ti!".

Y un largo etcétera... no, mejor: "Y mucho etcétera".

El punto, es que si bien no deberá sacarse los zapatos para entrara a este territorio santo, deberá por lo meno ser más cauto cuando está adentro. Obviando la atención que puse en el uso del urinario, tenga presente que si se ponen a hablar de una persona en particular, de un momento a otro, aparecerá abriendo la puerta de alguno de los W.C. Si, ha pasado.

Por el día de hoy, sanito escribo. Si no les apetece, se puede ir a la misma mierda todos y cada uno de ustedes.


¡Adios, ilusos!

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